Los riesgos
asociados con los ciclones tropicales, especialmente con los huracanes son:
marejada, vientos fuertes, intensas precipitaciones, deslizamientos e
inundaciones. La intensidad de un huracán es un indicador que generalmente
refleja el potencial destructor del mismo.
Marejada
La marejada
es un domo de agua de 80 a 160 kilómetros de ancho, que choca con la costa
debido a que es impulsada por la fuerza de los vientos generados por la
tormenta. La marejada combinada con la marea crea lo que se llama la marea de
tormenta. Ésta puede incrementar el nivel normal del agua en 4.5 metros o más.
El aumento
del nivel del agua puede causar inundaciones severas en las áreas costeras,
particularmente cuando coincide con la marea alta. El nivel de la marejada en
un área en particular está relacionada, en principio, con la intensidad del
huracán y la pendiente de la placa continental.
Los efectos
de la marejada en las costas dependen de la forma de la placa continental. Si
la costa es muy plana y extendida los efectos suelen ser devastadores (ver
animación - 363.7KB); por el contrario, si la placa continental es alta la
marejada encuentra la resistencia suficiente como para no afectar severamente
la parte costera, tierra adentro (ver animación - 357.8KB).
En las
zonas costeras la marejada es la principal amenaza asociada con un huracán, la
cual, históricamente, ha causado la muerte de 9 de cada 10 personas; este
efecto es particularmente importante en países en donde los huracanes provocan
efectos directos, es decir lugares que son sobrepasados por el huracán, tales
como: Estados Unidos, Filipinas, India, Bangladesh, Nicaragua, Honduras, Cuba.
La marejada
afecta severamente las embarcaciones y además, deposita grandes cantidades de
sal en las áreas tierra adentro, alterando la salinidad normal de las zonas.
Vientos
Fuertes
Los vientos
asociados con un huracán suelen causar efectos devastadores en grandes zonas,
especialmente en aquellas en las que el fenómeno afecta directamente. Un
huracán categoría 1 tiene vientos de 119 km/h y, el huracán categoría cinco
iguala o sobrepasa los 250 km/h.
En la
cuenca del Atlántico el huracán Gilbert en 1988 registró la presión atmosférica
central más baja jamás registrada: 888 héctopascales (hPa).
La fuerza
destructiva de los vientos de un huracán indican no solamente la capacidad de
destrucción, sino que también la fuerza con las que un objeto puede ser
impulsado.
Fuertes
Lluvias
Un huracán
genera, en promedio, mas de 150 milímetros diarios de lluvia, la cual genera severas
inundaciones, deslizamientos y derrumbes. Las lluvias más fuertes se
relacionan, generalmente, con las tormentas tropicales o huracanes que se
desplazan más lentamente (menos de 16 kilómetros por hora).
Pueden
ocurrir grandes cantidades de lluvia hasta 160 kilómetros sobre tierra adentro
donde las inundaciones repentinas y los deslizamientos son típicamente las
mayores amenazas.
Registros
máximos:
Durante 12
horas el ciclón tropical Denise (1966) acumuló 1144 mm; en 24 horas la misma
tormenta acumuló 1825 mm; en 48 horas un ciclón tropical (1958) acumuló 2467
mm; en 72 horas se acumularon 5678 mm con el ciclón tropical Hyacinthe (1980).
Las lluvias
intensas y continuas generadas por un huracán pueden provocar inundaciones
severas, tal y como sucedió con el huracán Mitch (1998).
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